El Texto “panorama de algunos problemas fundamentales” comienza definiendo las inferencias inductivas como el hecho de pasar de enunciados singulares a enunciados universales como teorías o hipótesis.
El escritor se da cuenta de que por muy alto que sea el número de enunciados singulares siempre corre el riesgo de que las conclusiones resulten ser en algún momento falsas; Igualmente afirma que los enunciados universales están basados en inferencias inductivas.
Un filósofo prosigue y dice que para justificar las inferencias inductivas es necesario establecer un principio de inducción. Es cierto que el principio de inducción no puede ser una verdad lógica porque en ese caso no existiría ningún problema.
Aparecen incoherencias cuando se permite el principio de inducción. La más clara es que para justificarlo debemos introducirlo en un orden superior y extender ese proceso al infinito. También rechaza el argumento probabilístico porque si es necesario asignar cierto grado de probabilidad a los enunciados que se basan en inferencias inductivas, se debe recurrir de nuevo al principio de inducción, comenzando como antes un proceso infinito.
El primer paso de la contrastación es la comparación lógica de unas ideas con otras, con lo que se contrasta la coherencia interna del sistema.
Luego se estudia la forma lógica de la teoría para saber si es tautológica o empírica.
El tercer paso es la comparación con otras teorías para comprobar si la nueva propuesta supone un adelanto en el mundo de la ciencia.
Y por último se contrasta mediante la aplicación empírica de las conclusiones que pueden deducirse de ella. El objetivo de este método es evitar cualquier tipo de racionamiento inductivo.
En conclusión el método se aleja del racionamiento inductivo con lo que vence los problemas que se derivan de él; de todas formas por mucho que el efecto del método deductivo de contrastar sea positivo, sigue siendo una teoría que simplemente ha demostrado su índole pero que no tiene por qué ser verdadera.
